REFLEXIÓN
BLOQUE V
Tras
haber trabajado a lo largo de este bloque sobre la creación literaria elaboraré
una pequeña reflexión destacando y analizando todos y cada uno de los aspectos
que considero más importantes, más necesarios y más útiles en la vida profesional
de un docente.
Como
hemos podido comprobar, un buen maestro es aquel que hace en todo momento uso
de la creatividad.
Todos
los textos y todos los cuentos con los que pretenda trabajar con sus alumnos,
deberán ser creativos, consiguiendo de esta manera que los niños se sumerjan en
el inmerso mundo de la fantasía y la imaginación.
No
obstante, si conseguimos que nuestro trabajo sea realmente provechoso, no sólo
nuestros alumnos harán uso de su fantasía e imaginación sino que también
imitarán de alguna manera nuestras conductas, siendo por tanto, creativos.
A
lo largo del bloque hemos trabajado con varias actividades que nos proponen
algunos de los distintos maestros del mundo de la creatividad. Como ya comenté
anteriormente, ¡qué enorgullecedor sería crear nuestros propios textos para
después trabajarlos con nuestros alumnos! Todos estamos de acuerdo pero de no
ser así (ya que no todos podemos), será mejor escoger entre alguna de las
muchísima actividades que tenemos a nuestra disposición, las cuales tienen como
objetivo primordial la creatividad; que no, sin embargo, plantearles cualquier
ejercicio sin preparación y fundamentación ninguna.
Creo
que lo más importante es la motivación a nuestros alumnos, crearles intereses y
curiosidades sobre la materia y las actividades a trabajar, pues cuando se
interesan en serio por algo el aprendizaje de los mismos puede llegar a ser
espontáneo, y por tanto, significativo.
Este
trabajo será sencillo si les planteamos actividades en las que ellos puedan
escribir sobre todo aquello que les parezca interesante, les guste o les llame
la atención. Creo que nuestro papel aquí es fundamental, en cierto modo creo
que de nosotros depende que les sumerjamos o no en el amplio mundo de la
creatividad. Debemos tener paciencia, no forzarlos en ninguna de sus
actividades, mostrar un gran respeto y flexibilidad con todos los trabajos o
textos que nos presenten o que quieran compartir con nosotros, pero sobre todo,
interesarnos por aquello que les gusta y les motiva.
Debemos
conseguir que pierdan todos sus miedos, sobre todo el más común de todos, el
que todos en algún momento hemos tenido a lo largo de nuestra vida, el sentido
del ridículo. Si no lo pierden, no conseguiremos entonces que sean grandes
creadores.
En
mi caso particular, no me considero en absoluto una persona creativa, pero sí
es algo que considero fundamental, y más aun ahora tras haber entendido la
importancia tan grande que tiene.
Como
ya he dicho, nada me gustaría más que poder crear mis propios textos y
actividades, pero sé que (por los motivos que sean), si en algún momento no puedo
llevarlo a cabo escogeré y trabajaré sobre las tratadas anteriormente. Porque
no se trata sólo de un logro o de un reto personal, en el que si no soy capaz
de crear mis propios textos no hago nada, tiro la toalla o trabajo basándome en
la “ley del mínimo esfuerzo”. Se trata más bien de trabajar y fomentar la
creatividad, y si nosotros no somos lo suficientemente creativos para crear,
¿por qué no aprovechar la fantasía y la imaginación de otros? Si además sabemos
que funciona.
Muy bien, pero ahora habla un poco de cómo hacerlos creativos a ellos. No hace falta que tú seas ESCRITORA, como dices, y siempre puedes buscar ejemplos de otros, pero me gustaría que reflexionaras sobre cómo van a ser tus clases de creación literaria y cómo vas a animar a tus chavales para que se suelten, pierdan sus miedos a "hacer el ridículo" y disfruten realmente escribiendo.
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